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La pandemia de Covid-19 ha cambiado la vida de personas en todo el mundo. Todo comenzó como una crisis de salud, pero finalmente se convirtió en una crisis socioeconómica y política. La pandemia, en pocas palabras, ha cambiado la forma en que solíamos vivir nuestras vidas.
El confinamiento por causa del Covid-19 ha provocado un desempleo generalizado y una crisis financiera. Ha causado una enorme tensión en la salud, las finanzas y el estado emocional del público en general.
Los casos de violencia doméstica y agresiones sexuales han aumentado durante el encierro. La Línea Nacional de Violencia Doméstica informó que el número total de llamadas aumentó un 9% en marzo y un 15% en abril del 2020.
Pero los datos de los informes policiales no representan este aumento en los casos de violencia doméstica. Las víctimas de tales delitos en muchas ocasiones no presentan una denuncia ante la policía.
Muchas veces, debido al temor a la violencia doméstica con el que puedan enfrentarse en el futuro a causa de una denuncia ante la policía, muchas víctimas de violencia doméstica no presentan cargos en contra de su agresor.
Investigaciones anteriores sugieren que los abusadores intentan aislar a la víctima de su red de apoyo. Durante el confinamiento por el Covid-19, más de un tercio de la población mundial estaba bajo aislamiento sancionado por el gobierno. Esto ha brindado nuevas oportunidades para los agresores domésticos.
La violencia doméstica es la violencia cometida contra la pareja íntima. La mayoría de la gente piensa que la violencia doméstica significa abuso físico cometido contra una pareja íntima en un entorno doméstico. Pero en realidad, la violencia doméstica puede tomar muchas formas, como abuso verbal, abuso emocional, abuso económico, abuso sexual, etc.
La violencia doméstica puede tener como resultado una amplia gama de efectos negativos. El abuso físico puede provocar lesiones corporales permanentes. El abuso emocional puede causar muchas dolencias físicas y mentales. Dicho abuso puede provocar insomnio, ataques de pánico, abuso de sustancias, pensamientos de autolesión, etc.
Las investigaciones sugieren que los niños son generalmente víctimas silenciosas de tal abuso. En los Estados Unidos, el 20% de los niños ha sido testigo de alguna forma de abuso doméstico. Los niños que sufren abusos domésticos continuos crecen con las siguientes dolencias:
Una víctima de violencia doméstica debe hacer un plan de seguridad. Es un plan para mantener a salvo a la víctima y su familia. Las víctimas de violencia doméstica deben recibir ayuda del condado y utilizar todos los recursos disponibles.
La víctima de violencia doméstica debe hacer lo siguiente:
La víctima debe ir a un tribunal competente y presentar los documentos necesarios para solicitar una orden de restricción. Debe describir la situación y por qué existe una amenaza razonable de violencia o abuso. El juez revisará su solicitud y, si lo considera apropiado, emitirá una orden de restricción temporal.